Recientemente se han promovido normas mexicanas en pro de la salud de los trabajadores, tal es el caso de la NOM 035-STPS-2018, que ahora en su primera etapa obliga a los centros de trabajo a cumplir con las diferentes obligaciones patronales. En esta norma mexicana también participan los colaboradores con sus obligaciones, y es así que con esfuerzos conjuntos puede lograrse este equilibro entre la vida laboral y necesidades del colaborador.

En algunas encuestas se ha dejado ver que México es uno de los países con mayor estrés laboral. Trastornos gastrointestinales, incremento en consumo de café, alcohol o tabaco, dolores musculares, migrañas, resfriados frecuentes, insomnio, depresión, ansiedad, neurosis, ausentismo y conflictos familiares, incluido el divorcio son las consecuencias que puede traer el estrés a causa de malas condiciones laborales.

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el 43% los mexicanos padecen estrés laboral, puesto que se trata de la nación que más horas trabaja, pero que tiene menores índices de productividad dentro del grupo de países miembros. Entonces, la eficiencia no corresponde a las horas laboradas y esto puede deberse a muchas razones, entre ellas:

01. Los rituales

La mayoría de nosotros tenemos pequeñas rutinas que hacemos diariamente, algunas de las cuales son productivas mientras otras no lo son.

Aunque no siempre es una pérdida de tiempo, el peligro consiste en no ser consciente del tiempo que está transcurriendo. Tomar descansos y leer las noticias no son cosas malas, de hecho es bueno que despejes la mente sin que te excedas y termines perdiendo demasiado tiempo.

02. Las distracciones

Las distracciones son una causa importante de pérdida de tiempo y esto, está bien documentado. La mayoría de la gente se siente atraída por las distracciones obvias y superficiales que capturan su ojo en medio de un proyecto.

Éstas son fáciles de identificar, pero difíciles de dejar. Por lo general, desconectarse de internet y tener una buena programación de tiempo para estas actividades, son buenas estrategias. Sin embargo, es probable que sufras de distracciones que no reconoces, como contestar correos electrónicos (sin que sea necesario) o visitar y contestar en redes sociales mensajes grupales que se pueden postergar o que no son importantes, lo que constantemente  puede retrasar toda tu planeación en la oficina.

03. Comunicación

La comunicación es necesaria y, en un mundo ideal, eficiente. Los comunicadores más efectivos pueden usar mensajes de correo electrónico, reuniones y llamadas telefónicas para mejorar su productividad. Sin embargo, para la mayoría de las personas, estos medios  de comunicación pueden llegar a hacer desaprovechar el día. La idea es usar la tecnología a nuestro favor.

¿A cuántas reuniones has asistido que no eran necesarias en primer lugar? Si te concentras en una comunicación más eficiente, hallarás más tiempo que puedes ocupar de manera productiva.

04. La negativa a adaptarse

Para el ser humano es tan necesario el cambio que la mayoría de las veces es quien lo requiere, pero paradójicamente se resiste a cambiar y a salir de la zona de confort.

Otros son perfeccionistas que evitan cambiar sus puntos de vista o enfoques cuando las circunstancias cambian. En esos dos casos resistirse al cambio resulta caro en términos de tiempo dedicado.

Por ejemplo, si de pronto aumenta la información que un cliente requiere para un trabajo, es mejor detenerse y reajustar la estrategia que seguir con un plan establecido y querer forzarlo en el nuevo requerimiento.

05. Trabajar en prioridades equivocadas

Digamos que has logrado identificar y conquistar todos los puntos que te quitan tiempo que he mencionado hasta ahora. Estás trabajando en tareas que necesitan 100% de tu atención, sin contar los recesos, que son realmente importantes para ser productivo y eficiente.

¿Seguro que no estás perdiendo el tiempo haciendo el tipo equivocado de trabajo?

¿Te estás enterrando a ti mismo en las tareas sin importancia, solo para acabar con un “check list”? Si es así, tienes un problema de prioridades. Esto puede resolverse a través de la clasificación activa y trabajando a través de tus pendientes por orden de importancia no de urgencia.