Es bastante común que al terminar la jornada laboral y regresar a casa, los pendientes de la oficina continúen, sigan llegando correos y mensajes que requieren respuesta inmediata ocasionando que los miembros de la familia se sientan relegados a causa del trabajo.

Sin contar con que muchas veces, sin siquiera recibir un mensaje o llamada del trabajo, las situaciones que quedaron pendientes por resolver o las inquietudes ocupan la mente, y generan una tensión emocional y estrés que al llegar a casa permanecen presentes y se manifiestan con irritabilidad, nerviosismo y ansiedad, los cuales finalmente causan tensión en el ambiente familiar y sin querer, el estrés laboral puede transformarse en estrés familiar.

Un estudio realizado por Scott Schieman de la Universidad de Toronto, encontró que el 50% de las personas llevan el trabajo a casa y que la incidencia de la interferencia del trabajo en la vida personal es mayor en aquéllos que tienen puestos de mayor autoridad, más responsabilidad en la toma de decisiones, mayor presión y que trabajan más tiempo.

Es cierto que la conectividad hoy en día exige estar disponibles las 24 horas del día, sin embargo, es posible organizarse y establecer tiempo específicos para el trabajo en casa y respetar momentos especiales diariamente en familia.

Sin embargo, la ansiedad por permanecer conectado se vuelve un círculo vicioso en el cual muchas veces, la causa del estrés familiar no se debe a las llamadas del trabajo, si no a la constante revisión del equipo celular, aún sin recibir llamadas.

Esto es similar al síndrome que padecen cada vez más los adolescentes, quienes no pueden pasar un tiempo determinado sin revisar sus equipos. Haciendo consciente esta problemática, lo más adecuado es considerar:

• ¿qué porcentaje de situaciones de estrés familiar o problemas en casa han sido a causa de las llamadas o mensajes de trabajo que se deben atender?
• ¿qué porcentaje solo es a causa de la inevitable y casi viciosa revisión del teléfono en la búsqueda de cualquier señal de alarma?

Un estudio llevado a cabo por Deloitte en 2015, reveló que los americanos revisan su teléfono celular en conjunto mas de 8 billones de veces por día. En promedio, cada persona considerando todos los grupos de edad en conjunto, revisa su equipo al menos, 46 veces al día.

Es indispensable generar y promover en familia también, una cultura libre de interferencias electrónicas y que propicie más las conexiones personales. En México, el 72% de la población de seis años o más utiliza un equipo celular según la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y uso de Tecnologías de la Información en los Hogares 2017. De estas personas, el 80 % tiene un celular inteligente que se conecta a internet. Aunque esta cifra va en ascenso vertiginosamente, ya se han registrado cambios en los hábitos de vida de las personas; que producen desde trastornos oculares, de postura, trastornos en el ciclo de sueño-vigilia, disminución de la capacidad de concentración e incluso trastornos de conducta como síndrome de abstinencia cuando no se puede revisar el celular en un período largo de tiempo, ansiedad provocada por esto, así como falta de atención a las relaciones personales por permanecer activo en relaciones digitales.

Muchas veces se piensa que estas situaciones solo afectan a los adolescentes, sin embargo, cada vez son más los adultos que sufren de estas condiciones.

Tomando en cuenta lo anterior, es importante evaluar, qué tanto es el estrés laboral que se lleva a casa y la necesidad de mantenerse conectados y disponibles las veinticuatro horas del día al trabajo y hasta qué punto es esto un pretexto para mantenerse concentrado en el equipo y desconectado de las personas alrededor.

Para poder tener una idea de la dependencia o adicción al equipo celular, es recomendable contestar las siguientes preguntas para reflexionar:

• ¿Mi familia o amigos me dicen que utilizo mucho el celular?
• Si olvido el celular en casa:
• Corro a buscarlo
• Consigo una manera de conectarme con otro equipo
• Disfruto el tiempo de desconexión
• ¿Al despertar lo primero que se realiza es revisar el celular?
• ¿Antes de dormir, cuánto tiempo se dedica al celular?
• ¿Qué tan frecuentemente se molestan contigo amigos o familia por no participar en una reunión y estar en el celular?
• ¿Cuánto tiempo puede pasar sin revisar si se tienesn notificaciones?
• ¿Qué tan probable es revisar el celular y encontrar que además de un mensaje de trabajo hay varios de amigos que no se pueden dejar de contestar, aunque sean totalmente sin importancia y se pudieran postergar?
• ¿Qué tanta obsesión se tiene con no tener ni un globo de notificación en el celular con un numero indicando cuántos mensajes hay sin leer?
• ¿Cuántas veces se ha cambiado de planes, actividades programadas, o retirado antes de tiempo de un evento por quedarse sin pila el celular?