Estrategias para desarrollar 3 habilidades personales que fomenten el trabajo de equipo efectivo

Estrategias para desarrollar 3 habilidades personales que fomenten el trabajo de equipo efectivo

Estrategias para desarrollar 3 habilidades personales que fomenten el trabajo de equipo efectivo

Luis jefe de proyectos en una compañía nacional, ha sido múltiples veces felicitado por los resultados que presenta en las evaluaciones semestrales. Cada vez que algún área de la empresa está comprometida, él es el indicado para resolver los problemas y ha sido líder de casi todas las áreas con resultados notables.

 

Después de 5 años de buenos resultados y a punto de acceder a un ascenso a nivel nacional, sus superiores encontraron un factor común: en cada área dirigida por Luis, los resultados se desplomaron notablemente al cabo de un año o menos. Las causas incluyeron falta de compromiso del equipo por lo que disminuyeron los resultados, los mejores elementos habían renunciado propiciando una rotación de personal que implicaba pérdida de tiempo y costos en capacitación, el ambiente se volvió agresivo y el personal estaba permanentemente enojado con la compañía por haber permitido que un jefe los maltratara de tal manera, que la falta total de compromiso y el enojo del personal, estaban reflejándose en los resultados de manera muy seria.

 

Lo primero que se le pidió a Luis, fue realizar una autoevaluación con apoyo de una asesor, para detectar la razón de estos problemas, a los que sus superiores llamaron “destrucción de equipos”. El resultado señaló como causa principal el poner por encima del equipo, y la atención a este, la producción de resultados.

Luis aceptó que no sentía ningún interés por las personas o relaciones a su alrededor, lo único que lo motivaba era lograr las metas y poder subir escalones en su ascenso al liderazgo nacional. Al llegar a su casa, se encerró en su despacho ignorando a su esposa e hijos que deseaban compartir con el tiempo y experiencias. Durante esa difícil semana, en lo que planeaba una estrategia para mejorar las cosas en la empresa, sus hijos le querían compartir detalles de convivencia con amigos, pedían una ida al cine, que nunca se concretó porque no tuvo tiempo por estar ocupado y su esposa, cansada de la situación le planteó un ultimátum:

 

-Si continuaba “destruyendo a la familia” al no participar activamente en nada e ignorar las necesidades de sus hijos y ella, sin importar la situación económica que se presentara, le pediría el divorcio.


Fue justo en ese momento, que le cayó el veinte. Las frases resonaban en su cabeza: “destrucción de equipos” y “destrucción de familias” tenían algo en común. Todo lo que él coordinaba se destruía. Lo mismo que ocurría en la empresa, pasaba en su familia, el factor común era la falta de interés en los demás y total atención a los resultados que le generaban a él un beneficio. Lo que no se había dado cuenta, era que el beneficio era a corto plazo y que como un castillo de naipes, todo lo que había construido se estaba derrumbando.

 

Contrató a un coach para ayudarlo a desarrollar habilidades de inteligencia emocional. El y las personas a su alrededor, pensaban que esas habilidades eran natas, sin embargo, descubrió que estaba en un error y que sí era posible desarrollarlas. He aquí lo que lo ayudó a desarrollarlas.

 

Primero, definió las habilidades más importantes en las que se iba a enfocar:

 

-Escucha activa
-Empatía
-Consciencia social

 

Escucha Activa.
Para enfocarse en escuchar, realizó una lista de las cosas que debía tomar en cuenta, lo primero era crear un ambiente de confianza donde se comprometió a sí mismo a no atacar ni increpar a quien hablara con él, permitiendo de esta manera que la conversación pudiera fluir y el escuchar.

 

Considerando que se pueden emitir 125 palabras por minuto y que una neurona se activa 200 veces por segundo, Luis se propuso para no perderse en sus pensamientos concentrarse en hacer algo mientras escuchaba, en este caso, decidió tomar nota de lo que encontrara al

 

  • Detectar los puntos clave del mensaje que estaba recibiendo
  • Encontrar qué estaba queriendo decir el interlocutor con su lenguaje corporal ya que el 80% de lo que se comunica, es por este medio
  • Considerar los hechos de lo que le están diciendo y separarlo de las opiniones ​

Para lo cual se preparó con una libreta de notas que en cada página tenía como título:

Todo lo que dicen los otros tiene valor. Escúchalo.

En cada hoja dibujó una raya vertical divisoria a lo largo, escribiendo del lado izquierdo todos los puntos generales que iba escuchando y del lado derecho los puntos más importantes para el interlocutor.

Como siguiente paso, de todo lo anotado, debía siempre repetir la frase escuchada más importante y repetirla con calma asegurándose de tener claro el concepto y después preguntar siempre alguna de estas cuestiones que lo ayudaran a tener claras las necesidades del otro: ¿qué es lo que más te preocupa del tema? ¿qué es lo que más te molesta? ¿qué esperas de mi?

Las reglas mas importantes que consideró fueron:

  • Prestar atención plena, sin estar viendo el celular, el reloj o algún aparato
  • Concentrar su mirada en el interlocutor
  • Escuchar sin interrumpir hasta que el otro termine de hablar y entonces hacer las preguntas poderosas


Escuchar no es compartir un ejemplo de la experiencia propia.

 

No convertirse en el solucionador de problemas del otro. Después de escuchar al interlocutor y preguntarle qué se esperaba de él, Luis descubrió que no siempre acudían en su busca para encontrar soluciones, en muchos casos, las personas necesitan ser escuchadas y a través de hablar aclaran sus ideas y encuentran sus propias soluciones.

 

Empatía
Una de las competencias mas importantes de la inteligencia emocional, es la empatía y aunque Luis pensaba que podía entrenarse en muchas competencias, pero que si no le interesaban las personas, no existíría un entrenamiento que lograra eso, decidió seguir al pie de la letra las instrucciones de su coach quien insistió en que la inteligencia emocional se puede desarrollar.

 

La empatía es la habilidad de entender las emociones de las otras personas, sus necesidades y pensamientos, es el equivalente a “ponerse en los zapatos del otro” y quien lo logra es capaz de influenciar, inspirar y ayudar a las personas a lograr sueños y metas (en el caso de Luis, resultados). En resumen, la empatía permite conectar con otros seres humanos de manera significativa, permitiendo ser más felices y efectivos en todos los ámbitos.

 

Luis comenzó a practicar Mindfulness y meditación como estrategia para estar en el momento presente y ser capaz de escuchar activamente y conectar con las personas con las que convivía en lugar de poner su atención en los resultados que esperaba lograr.

 

Parte de la estrategia para desarrollar empatía, consistió en tomar tiempo diariamente para leer libros de ficción, pues diversos estudios han demostrado que una manera de desarrollarla es a través de este tipo de lectura, ya que, permite “entrar” en los pensamientos de los personajes, conocerlos y engañar a la mente haciéndola sentir que se forma parte de la historia, sintiendo empatía por los personajes y haciendo que el cerebro de la misma manera, logre sentirla por personas reales.

 

Consciencia Social
De la misma forma que los músculos se desarrollan y van cambiando a medida que se realiza más ejercicio, el cerebro a partir de practicar continuamente determinados comportamientos, va creando nuevas conexiones, a esto los neurólogos llaman plasticidad o la habilidad del cerebro para cambiar, lo que se demuestra al lograr con con mayor facilidad conductas que se dificultaban.

 

Puede parecer muy complicado cambiar hábitos, pero una vez que se entrena al cerebro, se logra convertir en hábito lo que anteriormente era difícil de lograr.
Por esto, Luis realizó una lista de actividades que consideró podrían volverse un hábito y lo acercarían mas a las personas:

  • Saludar a la gente por su nombre

Enfocar la mente en las personas sirve para desarrollar la consciencia social, por lo que recordar los nombres es una manera de señalar que la persona a la que se dirige es lo suficientemente valiosa para no olvidar su nombre, ésta es una práctica que acorta las distancias y acerca a las personas, permitiendo una mayor conexión. Para poder recordar los nombres, una buena estrategia es repetirlos por lo menos dos veces en la conversación.

  • Ponerse en los zapatos del otro en cada situación, haciendo a un lado los sentimientos y creencias propias y considerando todas estas de la otra persona, preguntarse: ¿qué haría en esta situación?

Armado con toda la batería de estrategias anteriores y con la constancia y disciplina que caracterizan a Luis para cumplir sus metas.

 

¿Cuál cree que fue el resultado después de 3 meses?

Bibliografía

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