¿Consideras que tu equipo puede mejorar?

¿Consideras que tu equipo puede mejorar?

¿Consideras que tu equipo puede mejorar?

La palabra liderazgo en algunos casos conduce a rememorar actos heroicos.

 

Y eso parece, ya que su significado se refiere a la función de un líder, que consiste en mantener a su equipo enfocado en una meta, motivado para realizar lo mejor posible y lograr el objetivo, especialmente cuando las apuestas por el resultado son elevadas y las consecuencias realmente importan.

 

Los actos heroicos son memorables y se celebra y recuerda siempre a quien logró el éxito; es curioso pues, asociar a esto la palabra liderazgo, ya que, en realidad, la función de un líder se acerca más a la idea de poner la alfombra para que otros pasen, pararse atrás y dejarlos brillar, que en sí, ser quien se lleva la gloria y camina sobre la alfombra.

 

Formar parte de un equipo ganador es algo memorable, solo basta recordar algún triunfo del equipo de futbol escolar, o de cualquier otro deporte. Esa energía y adrenalina cuando se gana un juego es increíble.

 

Sin embargo, ¿cómo se logra? La mayoría de los equipos sufren de problemas causados por mala comunicación, falta de confianza, competencia entre los miembros del grupo y poco compromiso, lo que muchas veces hace difícil la convivencia cotidiana y en consecuencia el logro de resultados.

 

Para lograr conformar un equipo triunfador, es muy importante considerar quién lo dirige ya que la manera en que el líder influye, es trascendental en los resultados que se obtienen.

 

Muchos líderes al ver los resultados de las evaluaciones de sus equipos o los reportes periódicos que realiza su empresa, se dan cuenta que hay muchas áreas de oportunidad. A partir de eso, comienzan a planear estrategias de capacitación y nuevos indicadores de eficiencia para medir las “fallas” del equipo y poder mejorarlas.

 

Tal es el caso del Supervisor de una empresa que, al revisar las estadísticas, descubrió que su departamento fue el más impuntual durante el año. Inmediatamente implementó nuevas estrategias para desanimar a las personas a llegar tarde, la mayor parte de ellas, tenía que ver con descuentos económicos y sanciones de diferentes tipos, además de invertir en un nuevo equipo para checar las entradas, lo que ocasionó un gran disgusto entre el personal, haciendo que estuvieran menos comprometidos y cuando se requería que alguno se quedara un tiempo extra, hubiera siempre un pretexto para no hacerlo, o en caso necesario, a disgusto, además de que durante un tiempo se mantuvieron estancados los resultados del equipo completo.

 

Ante la frustración del supervisor y los pocos resultados que brindaba, fue cambiado de área y ascendieron a un miembro del equipo impuntual a ser jefe del departamento. En 1 año, los resultados fueron diferentes, la puntualidad se elevó casi al cien por ciento y los resultados del equipo iban en aumento.

 

Al ser entrevistado el nuevo supervisor y cuestionado por esos resultados, comentó que el supervisor anterior, jamás llegaba temprano. Que antes de instalar el checador de horario, la entrada no se verificaba porque todos cumplían sin necesidad de coerción económica, hasta que el supervisor, comenzó a considerarse muy importante y a llegar una o dos horas tarde diariamente, aduciendo que como jefe trabajaba mucho más que todos y tenía ese derecho. A partir de ese momento, dejó de comunicarse amablemente con su equipo, y guardaba una distancia incómoda que solo acortaba para llamar la atención y reclamar.

 

En consecuencia, su personal, comenzó a hacer exactamente lo mismo, el ambiente era cada día más tenso, por lo que todos perdieron la motivación y trataban de cumplir con lo indispensable y salir rápido de la oficina.

Lo que el nuevo supervisor comprendió rápidamente, fue que lo que el jefe hacía, ejercía una influencia muy importante en su equipo. Que la mejor manera de liderar es con el ejemplo y entendió que su función no consistía en destacar él mismo como individuo, sino hacer una estrella en ascenso de cada uno de los que conformaban el equipo.

 

Para lograr esto, consideró que los puntos más importantes fueron:

 

La mayoría de los líderes transmiten su energía, dinámica personal y estado de ánimo a todo un equipo. En vez de tratar de cambiar al equipo, es mejor optar por trabajar en la propia actitud.

 

Mientras más alegre y motivado se demuestre un jefe con su equipo, así será la actitud que predomine en el área de trabajo.

 

La mayoría de las personas no recuerdan las acciones que realizó su jefe, más bien el recuerdo que queda es la emoción que les hizo sentir. Esa es la razón por la cual, la labor no consiste en dirigir de manera coercitiva a través de castigos, más bien, se trata de crear un vínculo emocional entre las personas y la organización.

 

Un buen líder le da el mayor valor a la comunicación eficiente, no se vuelve parte del grupo de quejas, ni anima a la gente a hablar de lo mal que hacen los otros con el fin de hacer labor de detective, más bien, escucha, mantiene la calma y busca unir a todas las personas que conforman su equipo y a las que tienen contacto con el.

 

Siempre tiene como objetivo sumar.

 

La cualidad más admirada en un líder es la humildad, el mantenerse siempre cerca. Y es que existen dos tipos de humildad que los líderes conocen:

 

La falsa, aquella que parece parte de una actuación o campaña política, en la que un jefe se considera digno de aplauso por ser humilde, presume ante pares la “manera en la que ha logrado mantenerse en la humildad” y en realidad, todo es una actuación, pues no tiene tiempo jamás para compartir con su gente y su valor lo basa en lo importante que es para otras personas tener trato con él.

 

Hay que ser claros y autocríticos para identificar esta falsa humildad y poder mover la balanza a la humildad real. Aquella que une a las personas y no tiene que ver en absoluto con posición o puesto.

 

Considerar invertir en cursos, estrategias, programas que detecten el desempeño y puntualidad de las personas, no siempre lleva a lograr resultados. Aún cuando la inversión sea elevada. Lo que acerca a todo un equipo a un maravilloso desempeño, es estar inspirado, motivado y empoderado por un líder que con su ejemplo marca la línea a seguir además de que conoce ampliamente el propósito de la empresa y lo permea a quien trabaja con él, para que todos puedan sentir que su función aporta algo importante a la sociedad.

 

Eso, es lo que hace a un equipo mejor.

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