Otra vez cambios en mi empresa... Las mejores estrategias para adaptarte

Otra vez cambios en mi empresa... Las mejores estrategias para adaptarte

Otra vez cambios en mi empresa.... Las mejores estrategias para adaptarte

Los cambios en las empresas cada vez son mas frecuentes, es algo imposible de evitar y muchas veces necesario para avanzar de acuerdo a las necesidades cambiantes del entorno actual.

 

Sin embargo, cada vez que se anuncian cambios en la organización los miembros del equipo comienzan a sufrir ante la incertidumbre. Los chismes de “radio pasillo” comienzan a circular y la dinámica general, se vuelve un poco tensa. Es hasta cierto punto normal que esto ocurra, sin embargo, es posible sobrevivir a esa difícil etapa de cambio y transformación y aprovecharla para crecer, desarrollarse y ser además de apoyo un agente del cambio, que promueva en los compañeros mayor integración y sostén cuando la empresa más lo necesita.

 

No existen cambios perfectos, la mayoría son detonados por la detección de un estancamiento en algún área de la organización, puede ser por quejas de clientes o por razones presupuestales, lo que es claro, es que generan siempre inquietud. Ya sea por que se integra un nuevo directivo en algún área, cambios administrativos u operativos, hasta situaciones más específicas, sin embargo, en cualquiera de estos casos, lo mejor es participar activamente promoviendo la cooperación entre los compañeros, teniendo en cuenta, que nada es permanente, que la etapa de movimientos será temporal y que poco a poco la calma y la estabilidad de nuevo serán parte del programa.

 

Y ¿qué se puede hacer para pasar esa etapa de la mejor manera?

Antes que nada, identificar cuando la transformación es inminente, aceptar los hechos concretos y no diluirse en dudas y rumores.

 

Los cambios siempre que ocurren y son anunciados, es porque son producto de una planeación previa, sin embargo, en el camino pueden presentarse imprevistos que produzcan situaciones “fuera del programa”, y son aquéllas en las cuales la organización requiere mayor comprensión y apoyo de todos los colaboradores.

 

Esta es una etapa difícil para tomar decisiones personales o que no se relacionen con los cambios establecidos en el programa de la empresa, tomar días libres, vacaciones, etc., no son lo mas adecuado a considerar en esta época, los ánimos no siempre están en calma y como en cualquier familia en época de transformación o crisis, es cuando se espera y cuenta con que todos aporten para beneficio colectivo.

 

Es momento de cuestionarse qué tanto amor y pasión se siente por la labor que realiza la empresa y el compromiso real que cada quien siente y apoyar a los líderes en el proceso, pues es bien sabido, que muchas personas aprovechan esas situaciones para quejarse y generar mayores problemas, lo que a la larga, perjudica a la empresa, pues son distractores que no ayudan y que llegado el momento de calma, serán considerados no como pilares de soporte sino como causantes de conflicto.

 

Por lo general, los jefes esperan que todos sean leales y participen en el cambio cuando éste es anunciado, sin embargo, muchas veces dejan espacios en los que hay dudas no aclaradas y es donde surgen las inquietudes y temores.

 

Es justo en este punto donde comienzan los problemas, pues los nuevos proyectos se anuncian con detalle, principalmente con la explicación de lo que la empresa espera lograr, los nuevos objetivos, tiempos, procesos y personal a cargo de cada encomienda, incluso se presenta a nuevos miembros que se pueden integrar en el proceso o indicar algún ascenso.

 

El plan para proveer de toda esta información es cuidado a detalle para no dejar dudas al aire, sin embargo, la perspectiva en la mayor parte de las veces es la del lado empresarial, por lo que quedan dudas al aire en la situación particular de muchos miembros del equipo. Algunas de ellas pueden ser:

 

¿Qué tanto más debo trabajar?

¿Habrá algún cambio en mis ingresos o beneficios?

¿Desaparece mi área…? ¿Me trasladan a una nueva que no domino o qué ocurre conmigo?

¿Vale la pena tanto esfuerzo?

¿Porqué el nuevo directivo no salió de la misma empresa y traen a alguien nuevo?

¿Me tocaba a mí el ascenso y se lo dieron a otro?

 

Si la transformación implica nuevos puestos o personas dirigiendo, la angustia puede ser mayor, al pensar:

 

¿Conservaré mi empleo/puesto?

¿Será fácil trabajar con ese nuevo líder?

¿Me quitará el permiso especial que tenía para salir a buscar a mis hijos a la escuela?

¿Quién los recogerá estos días en lo que se acomodan las cosas?

 

La empresa corre el riesgo de realizar cambios con el fin de lograr un bien mayor.

 

Cada persona, está en una zona cómoda con su logística personal organizada y al llegar los cambios, también ocurren en la dinámica familiar, sobretodo, en el período de transición, donde solo queda esperar y observar lo que puede ocurrir. En este momento algunas personas pierden la paciencia y exigen apoyo a quien no se los puede dar, comienzan las frustraciones y malos momentos.

 

Para evitar esto, es de gran trascendencia entender que la empresa requiere de su equipo y el apoyo total es una reciprocidad esperada cuya recompensa vendrá después de la tormenta, como ocurre en cualquier familia, cuando hay problemas o etapas de transformación y lo que se requiere es apoyo incondicional, por supuesto, siempre y cuando éste, no sobrepase los límites individuales de cada persona.

Si no es muy claro el propósito del cambio, se considera valioso investigarlo y cuestionar con el fin de conocer, el estatus previo, las necesidades que lo propiciaron y lo que se espera lograr, esto hará que todo el equipo sienta el mismo compromiso que quien diseñó el proceso de cambio y puedan participar y cooperar.

 

Es por esto que se recomienda demostrar sensibilidad, responsabilidad y compromiso, cumpliendo lo que se espera y tratando de dar siempre un poco más. Es imposible lograr un cambio en la cultura de una organización, si cada persona no cambia su comportamiento para adecuarse a lo general.

 

La resistencia al cambio es lo más común en estos casos o situaciones, especialmente, teniendo en cuenta la incertidumbre que se puede generar, sin embargo, es labor de la empresa, demostrar el mismo compromiso hacia su gente, considerar sus inquietudes, investigarlas a detalle y satisfacer todas las dudas que se les presenten para poder navegar el barco en armonía y a puerto seguro.

 

Las estrategias que más funcionan en esta etapa son las siguientes:

 

Ser agente de cambio.

La presencia de inquietudes es común, y la resistencia al cambio también, si se detectan, no dejarlas pasar por nada, con el fin de entender el origen de la resistencia en cada persona y en cada equipo, para poder trabajar con eso.

 

Para esto no se requiere ser un directivo, al contrario, cualquier persona que encuentre a un compañero cercano con dudas, si está en sus manos resolverlas o por lo menos ser una vía de comunicación con quien puede hacerlo, no dejar pasar la oportunidad y actuar como intermediario y agente de cambio, es en esos momentos que la ayuda es más valorada y apreciada.

 

Establece un sentido para el cambio.

Es el primer paso para lograrlo. Cuando se conocen las razones para propiciar un cambio, se puede tener certeza de que lo que se va a lograr es para el bien común. Convencido de esto, cualquier equipo participa de manera entusiasta a pesar de las dudas, pues confía en su organización y el propósito de esta, que es para un bien mayor.

 

Acercarse y ofrecer ayuda y disposición.

Cuando se presentan períodos difíciles o simplemente, un nuevo miembro llega a dirigir un área de la empresa, buscar acercarse y generar empatía ofreciendo ayuda, explicando la dinámica y haciéndole saber que se cuenta con el apoyo del equipo para trabajar, puede hacer una gran diferencia. Para generar esta empatía, solo considere qué sentiría si fuera ese nuevo integrante, ¿Qué tanto valoraría en sus primeros días de trabajo, el saber que alguien se acerca con esa disposición?

 

Pedir claridad de lo que se espera.

Ante las dudas, es mejor tomarse un tiempo para aclararlas, que vivir en la incertidumbre y los rumores. Muchas veces los dirigentes no encuentran espacio para escuchar y puede producir frustración, sin embargo, ser directo y explicar lo que las dudas están produciendo y la necesidad de entender los resultados esperados, sin rodeos y de manera concisa, seguramente abrirá las puertas de la comunicación para resolverlas. En algunos casos, quien responde no tenga todas las respuestas a las dudas, en ese caso, es importante seguir cuestionando, para poder ser agente de cambio. No olvidar jamás las formas, la educación al preguntar, sin transmitir indignación, quejas o recelo, pues esto lejos de ayudar a resolver las dudas, propiciará un ambiente de tensión que no favorecerá la cooperación.

 

Motivar y apoyar a los compañeros menos convencidos.

Cuando alrededor de quien trabaja, el ambiente es negativo y de queja, aunque estas sean hacia la dirección, llega un momento en el que esa dinámica permea a todo el equipo, produciendo malos momentos y un ambiente de trabajo poco agradable y en consecuencia, poco efectivo. Inspirar a los compañeros, ayudarlos a comprender los cambios, ayudará a darle la vuelta a situaciones que pueden volverse cada vez mas serias.

 

No esperar mucha ayuda de parte de la dirección.

Ser conscientes que es un momento complicado, como cuando se es menor de edad y los padres discuten, es mejor no acercarse a menos que sea indispensable para resolver algo que no pueda esperar. En caso contrario, brindar todo el apoyo y guardar distancia.

 

Cumplir con la mayor expectativa.

Dar todo de sí con la certeza de que al final de la transición las recompensas siempre llegan. Si las expectativas que la empresa tiene de cada individuo no son lo suficientemente claras, es importante asegurarse de lo contrario y resolver las dudas para poder lograr lo esperado y mas. Esto a la larga puede traducirse en mayores oportunidades de desarrollo y mejores resultados.

 

No participar en rumores.

El agente de cambio, no es un agente de combustión, no aviva el fuego de los problemas, sino mas bien los calma con el fin de propiciar armonía y participación.

 

Comunicación.

Mantener un buen nivel de comunicación ayuda a mantener a todos informados y comprometidos durante las etapas del proceso de cambio organizacional. A medida que los cambios son llevados a cabo y comunicados, habrá un impacto diferente dependiendo de su eficacia. Es fundamental que todos tengan conocimiento del resultado de cada proceso.

 

Los cambios no son permanentes, siempre llegan a un momento de calma y estabilidad, y cuando ese momento llega, es cuando se valora más a los que lograron transitar en ese puente.

 

Los cambios siempre están presentes, la vida en sí es una transformación constante, si uno sabe cómo transitar en cada proceso, los logros se reflejarán en toda la organización.

Bibliografía

Coyne, K. Coyne, E. Sr. (From the May 2007 Issue) Surviving your new CEO. Harvard Business Review.

https://hbr.org/2007/05/surviving-your-new-ceo

Ferrari, M. (agosto 16, 2018) En una organización el cambio lo hacemos todos. Forbes.com

https://www.forbes.com.mx/en-una-organizacion-el-cambio-lo-hacemos-todos/

Galbraith, M. (October 05, 2018) Don’t Just Tell Employees Organizational Changes Are Coming — Explain Why

https://hbr.org/2018/10/dont-just-tell-employees-organizational-changes-are-coming-explain-why

Kislik, L. (August 09, 2018) How to Tell Your Team That Organizational Change Is Coming. Harvard Business Review.

https://hbr.org/2018/08/how-to-tell-your-team-that-organizational-change-is-coming

¿Qué te pareció este contenido?

¡Haz click en una estrella para valorar!

¡Siento que este contenido no te haya sido útil!

¡Déjame mejorar este contenido!